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El camino del recuerdo: Una entrevista a Massimo Lucarini, propietario de Las Dos Lunas

El propietario del emblemático restaurante cerca de San Rafael habla largo y tendido de su vida y su época en Ibiza.

Natural de la Toscana, Massimo se inició en el mundo de la moda en Milán. De ahí pasó a abrir una tienda de moda en Ibiza antes de que uno de sus mejores amigos, un restaurador de Milán, le propusiera abrir un restaurante en la isla blanca. Poco después encontró el lugar ideal, una tienda de antigüedades en la carretera de Ibiza ciudad a San Antonio.

Al darse cuenta de que no estaba hecho para desempeñar el papel de gerente, decidió dedicarse a la parte estética del restaurante. Entretanto, un amigo argentino llamado Carlos, descendiente de la aristocracia Habsburgo y de la Casa de Lorena, fue la elección perfecta para estar al frente del restaurante gracias a su considerable carisma y su innato don de gentes.

Massimo nunca se propuso hacer publicidad de Las Dos Lunas, prefiriendo depender del boca a boca en lugar de promocionarlo activamente. El desarrollo paulatino y orgánico siempre ha sido la clave del restaurante, mejorando poco a poco cada año. El establecimiento no permitía fotógrafos, ¡para gran sorpresa del Rey de España! La gran cantidad de famosos que frecuentaron Las Dos Lunas en sus primeras décadas llegaron solo de oídas.

A la hora de explicar la incorporación de elementos al restaurante, su criterio siempre ha sido el de “¿Te gusta?”. Es una declaración concisa que ejemplifica su enfoque práctico en lo que hace, en lugar de complacer los gustos de los demás. En definitiva, fue, desde el principio, una historia de amor. Como él dice, había descubierto su verdadera vocación en la vida.

Entre los diversos elementos que llegaron a caracterizar a Las Dos Lunas figuran la instalación de un Cadillac clásico de los años 50 en el tejado. Por si esto no fuera suficientemente llamativo, lo equipó con unos potentes faros azules visibles desde Ibiza ciudad, un faro que atraía a los comensales como un imán que tiraba de ellos desde la capital de la isla.

Cuando le pregunté por su obra de arte favorita en el restaurante, inmediatamente mencionó La Menina, creación de un amigo afincado en Barcelona, ​​un excéntrico pintor y diseñador de joyas para la marca Tiffany, que acabó mudándose al cercano pueblo de San Rafael. Expuesto a la intemperie durante décadas, su deterioro lento y erosionado por el tiempo es algo que él aprecia.

Otras obras "casuales" incluyen algunas pinturas del conocido neoexpresionista Julian Schnabel, un amigo de Nueva York donde, junto con su amado Miami, Massimo pasó muchos años. También hay una obra del célebre artista catalán Barceló.

Hoy en día, Massimo dedica su tiempo a hacer lo que siempre le ha gustado: cuidar la estética del restaurante, cuidar de sus queridos perros y ocuparse del huerto ecológico del que proceden muchas de las verduras y hierbas de Las Dos Lunas. Mientras tanto, son su mujer, sus hijos e hijas quienes se han hecho cargo de la dirección. Como tantas cosas en la cultura culinaria italiana, ¡es un asunto de familia!

Para reservar una mesa directamente en Las Dos Lunas, ingresa en https://lasdoslunas.com/es/

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