Reseña gastronómica: revisitamos Bambuddha

Una fusión de comida asiática de vanguardia con mucho estilo.

Desde el momento en que cruzas las puertas de este templo de la cocina asiática sabes que te espera una experiencia gastronómica verdaderamente especial. El sitio en sí mismo, similar a una aldea asiática, es impresionante: alrededor del patio central encontrarás una serie de construcciones tailandesas clásicas con techos altos a dos aguas, pilares de teca y paredes con paneles de bambú.

Frondosas plantas de bambú crecen por doquier, proporcionando sombra y ambiente, y estatuas siamesas e indias, la mayoría de ellas muy eróticas, adornan cada rincón. La iluminación es discreta: los filtros rojos y verdes crean reflejos sutiles, mientras que los candelabros y las abundantes velas enfatizan la sensación de una cena elegante y romántica.


Antes de la cena, las encantadoras camareras nos guiaron al bar de cócteles, un espacio maravilloso y amplio con asientos lujosos y luces tenues, donde tuvimos la oportunidad de degustar algunos de los aclamados brebajes de Bambuddha. Nuestras libaciones incluyeron el Erotic, un favorito de la casa, el Passion, el Bamboozle (¡no apto para hígados débiles!) y el Shamanic, una opción sin alcohol.

Aquí también es donde se ubica el DJ. La música es sugerente y ecléctica, y guía al comensal en un viaje auditivo que abarca CHILL-OUT y sonidos étnicos para subir el nivel con ritmos FUNKY, DISCO y HOUSE a medida que avanza la noche.


Tan pronto como nos sentamos en nuestra mesa, nos sirvieron una plétora de los mejores platos de su carta, mostrando a la perfección ese enfoque innovador y tan característico de la cocina fusión de Bambuddha. Nos decantamos por algunas de las últimas y suculentas adiciones al menú, si bien también probamos algunos de los clásicos más que consagrados.

El primer plato en aparecer junto con nuestras bebidas fue un bol de tempura de verduras crujientes acompañadas de mayonesa picante. Poco después, una serie de entrantes sorprendentemente coloridos fueron apareciendo. En primer lugar, nos trajeron un bao de cangrejo de caparazón suave con influencias indias y un carpaccio de gambas mediterráneo-asiático aliñado con mayonesa de wasabi y aderezo de mango.

Les siguió un plato de deliciosas vieiras malayas que combinaba lo mejor de los ingredientes mediterráneos con un toque oriental, sushi uramaki y unos suculentos cortes de pez de cola amarilla fresco, también conocido como hamachi.

Las vieiras malayas estaban excepcionalmente buenas, suaves y con un ligero toque picante. Quedamos igualmente impresionados por el hamachi, súper fresco y pescado de forma sostenible. Cada bocado se deslizaba por la gargante de manera fina y seductora, como si de ostras se tratara. Con jugo de yuzu, salsa de ciruela japonesa, chile rojo y albahaca, este plato resultó ser una obra maestra para los sentidos.


Cuando nos centramos en las bebidas para acompañar estas delicias, el grupo optó por pedir otra ronda de cócteles adicionales, cervezas asiáticas y alemanas y una tónica india con lima kafir para refrescar nuestras papilas gustativas antes de la siguiente descarga de sabores. Por recomendación de nuestra experta camarera, optamos por un vino blanco, un albariño gallego, que según nos aseguró era ideal para humedecer el paladar después de cada bocado.

Tras los entrantes, pasamos a una serie de platos principales a base de curry. El curry de pato rojo tailandés fue, quizás, un poco soso, pero nada que no se viera positivamente compensado por el toque picante del curry de gambas tigre de Malasia.

El King Crab de Kowloon, una sorpresa inesperada, produjo jadeos de placer gastronómico entre los miembros del equipo. Su suculenta y cremosa carne blanca nos hizo chuparnos los dedos a todos.


Nuestras dudas acerca del postre se resolvieron rápidamente gracias a la sugerencia del camarero, que nos invitó a que probáramos el exclusivo "orgasmo grupal" de Bambuddha, un plato sorpresa de cinco dulces que abarcan una variedad de texturas y sabores y reflejan el enfoque imaginativo y sugerente del restaurante para los postres.

Bambuddha es un restaurante genial en todos los sentidos: no solo los paladares más exigentes de la isla se aglomeran para comer aquí, sino que su abundante vegetación, su diseño abierto, el aire fresco y muchos ventiladores bien ubicados hacen que la experiencia sea refrescante incluso en las noches más calurosas de julio en Ibiza.

No es de extrañar que Bambuddha ocupe un lugar destacado en las listas de deseos de vacaciones de muchos visitantes. Reserva tu mesa ya para evitar decepciones.

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