Para quien aún no lo conozca, el restaurante Nagai sirve cocina fusión japonesa de alta calidad en el entorno de Can Reyet, una finca de 250 años de antigüedad ubicada en la carretera Ibiza-San Juan. Galardonado con numerosos premios Repsol, se ha ganado su reputación por su innovadora cocina de fusión y el saber hacer japonés con influencias tailandesas, italianas y españolas.
El hermoso patio iluminado por las estrellas
Tras dejar las llaves del coche al amable aparcacoches en el amplio aparcamiento de Nagai, se accede a un patio cerrado al aire libre. Distribuido alrededor de un olivo milenario, es un lugar encantador para cenar bajo el cielo estrellado de la noche ibicenca. El interior es un laberinto suavemente iluminado, con muchos rincones fascinantes, un escenario elevado para los músicos que tocan en directo cada noche y pinturas báquicas. Mires donde mires, encontrarás algo que te llame la atención. En la parte trasera hay una boutique muy elegante cuya escultural propietaria brasileña se pasea entre las mesas mostrando sus atrevidos diseños.
Cóctel Asian Gate
Pero ya está bien de ponerte en situación, vamos al grano. Una vez sentados, los atentos camareros de Nagai comenzaron ofreciéndonos algunos de sus célebres cócteles de receta propia. Los más destacados fueron el Purple Rain (me encanta la conexión entre Prince e Ibiza), que llevaba sake teñido de guisante de mariposa y otros licores, y el Asian Gate, otro potente y exótico brebaje con muchas especias y hierbas asiáticas para deleitar el paladar.
Tartar de tajima wagyu
Nuestro festín oriental comenzó con un plato del preciado tartar de Tajima Wagyu con un toque de citronela acompañado de huevos de codorniz servidos con shiso y rábano picante.
Finamente veteados, los delicados cortes de ternera se deshacían en la boca, dejando un final sedoso y mantecoso en la lengua.
Ceviche de tomate azul
El siguiente plato sin duda causó sensación en nuestra mesa: un ceviche de tomate azul con shiso y Tosazu Gelee (el Tozasu es un vinagre de arroz japonés infundido con Kombu Dashi). A nuestro equipo le encantó la vista y la textura del tomate gigante. Tanto, ¡que tuvimos que repartírnoslo una vez terminado el ácido ceviche que contenía!
Tartar de salmón noruego
Lo siguiente fue un plato de tartar de salmón noruego con pera y apio marinado, cereza amarena y gotas de cebolla roja. La presentación de estos pequeños dados de salmón fresco en un cuenco de cerámica artesanal era divina.
Plato de sushi y sashimi
Naturalmente, tratándose de Nagai, apareció una generosa fuente de sushi y sashimi variados. Los más destacados fueron los rollitos de atún crujientes, las grandes gambas rojas ibicencas y el cangrejo fresco.
Costillitas de cerdo
A esto le siguieron unas costillitas de cerdo marinadas en teriyaki de miso, jengibre y ajo acompañadas de espárragos. Este plato fue una grata sorpresa que nos hizo chuparnos los dedos al terminar.
Toffee caliente de manzana crujiente
De postre, nos deleitaron con el toffee caliente de manzana crujiente, que consiste en un sorbete casero de manzana y canela sobre una base de delicadas galletas de mantequilla con nueces pecanas caramelizadas y dátiles, bañado en una gran cantidad de salsa de toffee caliente. Este delicioso dulce triunfó por su sabor y textura.
¡Sake!
Antes de partir, compartimos unos chupitos de sake con los afables y cosmopolitas propietarios de Nagai, incluida su chef japonesa, Reina, inspiradora de este renombrado templo de la alta cocina. Como se dice en japonés, Nagai (¡por una larga vida!).