Antes de emprender nuestra aventura épica con Ibiza Jeep Tours, lo único que sabíamos era que el día sería un recorrido sin paradas por algunos de los lugares más bonitos de la isla. Comenzamos a enumerar nuestras opciones, pero nuestros guías, Mariana, Luis y Orlando pronto nos informaron que cada recorrido es diferente, se crea cuando los grupos se reúnen y pueden evaluar las necesidades y niveles de condición física de todos.
Poniendo nuestro destino en manos de nuestros hábiles guías, pronto salimos a la carrera desde nuestro lugar de recogida en Playa d'en Bossa hacia las tierras salvajes de Ibiza. Al igual que los codiciados asientos delanteros en la parte superior del autobús, saltamos a la parte trasera, con las persianas subidas, con el viento y las vistas panorámicas zumbando a nuestro lado.
Nuestra primera parada fueron las pintorescas casetas de pescadores de Sa Caleta. Esta hermosa cala de guijarros es perfecta para quienes buscan una experiencia más rústica para tomar el sol. Tras un corto paseo cuesta arriba nos encontramos con las ruinas del primer asentamiento fenicio en Ibiza, que data del 654 a. e. c. Declarado Patrimonio de la Humanidad en 1999, fue increíble ver esto y aprender más sobre él de la mano de nuestro equipo de guías.
Por supuesto, ningún viaje a Sa Caleta estaría completo sin un recorrido y, por supuesto, una foto de Instagram del famoso túnel de roca. Fue simplemente impresionante, con acantilados de color terracota y el agua azul claro debajo.
De regreso a la carretera, el convoy de tres jeeps se dirigió por las verdes carreteras del campo, llevándonos hacia las colinas más empinadas hasta llegar al punto más alto de la isla, Sa Talaia. A 475 m sobre el nivel del mar, puedes imaginar las vistas. Exuberantes colinas verdes se extendían a ambos lados, con los pueblos de San Antonio y San José salpicados entre ellos.
A continuación, los días de gloria de Ibiza nos llamaron cuando nos llevaron al lienzo del artista, el Festival Club. En su día, la meca para beber, cenar y bailar, ahora parece una galería al aire libre, con paredes adornadas con grafitis de colores brillantes y en constante cambio. Disfrutamos de más vistas increíbles cuando nuestros guías comenzaron a contar historias sobre la salvaje pero corta historia del local en la isla.
La impresionante costa de Cala Comte fue nuestro siguiente destino, y el equipo conocía todos los caminos secretos para llevarnos directamente al borde del acantilado. Cuando nos detuvimos, nos contaron que aquí es donde ofrecen saltos desde acantilados para aquellos que sean lo bastante atrevidos. A pesar de que las aguas cristalinas parecían casi tentadoras, declinamos la invitación cortésmente. Pero para quienes se sientan audaces y enérgicos, ¡no os olvidéis del bañador!
En su lugar, disfrutamos de nuestros refrigerios mientras contemplamos las islas de Conillera y S'illa des Bosc y nos maravillamos con la torre de vigilancia a nuestro lado. Lo que en su día fue una torre de defensa para piratas al acecho, ahora, por suerte, es simplemente una hermosa parte de la historia para disfrutar.
Nuestra última parada, la "Cueva de la rave", es otra parada llena de mágicos recuerdos musicales. Son bien conocidas las historias de fiestas secretas con música sonando hasta el amanecer, sin embargo, ahora es más probable encontrar una clase de yoga o gente que busca paz y tranquilidad lejos de la multitud.
¿Dijimos la última? Bueno, ¡casi! Como regalo de despedida, el equipo nos llevó a la misteriosa joya rocosa, Es Vedrà. Ya sea de día o durante una espectacular puesta de sol (y son ESPECTACULARES desde aquí), es una vista que simplemente te deja sin aliento. La manera perfecta de terminar un día lleno de tesoros de Ibiza.
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